Cuando un ser querido fallece, muchas personas sienten la necesidad instintiva de tocarlo, tomarle la mano o darle un último beso. Estos gestos son profundamente humanos y están arraigados en el amor, el dolor y la necesidad de cerrar un episodio. Sin embargo, existen muchos malentendidos sobre qué es médicamente seguro después de la muerte. Si bien los profesionales buscan equilibrar la compasión con las precauciones sanitarias, los mitos a menudo persisten, lo que a veces lleva a las familias a correr riesgos innecesarios.
A continuación, se presentan algunos de los mitos más comunes sobre besar o tocar a un difunto y lo que la ciencia realmente dice.
Mito 1: « No hay riesgo para la salud una vez que una persona muere ».
Este es uno de los conceptos erróneos más extendidos. Si bien un cuerpo fallecido no está « vivo » como lo está una persona enferma, ciertas bacterias y virus pueden seguir presentes durante un tiempo después de la muerte. Dependiendo de la causa de la muerte, algunos patógenos pueden permanecer activos en la piel o en los fluidos corporales.
Los profesionales médicos evalúan cada situación individualmente. En muchos casos, el contacto breve y no invasivo puede considerarse de bajo riesgo, pero nunca está automáticamente exento de riesgos. Mito 2: “Si la persona no murió de una infección, tocarla es completamente seguro”.
Incluso cuando la muerte no se debe a una enfermedad infecciosa, el cuerpo comienza a cambiar casi de inmediato. El sistema inmunitario deja de funcionar, lo que permite que las bacterias naturales se multipliquen con mayor rapidez. En cuestión de horas, estos cambios pueden aumentar el riesgo de contaminación, especialmente a través de la boca, la nariz, los ojos o cualquier herida abierta en la persona viva.
Por eso, el personal sanitario y funerario sigue estrictos protocolos de higiene, independientemente de la causa de la muerte.
Mito 3: “Un beso rápido en la frente es inofensivo”. Un beso breve puede parecer inocente y, en muchos casos, no provoca una enfermedad, pero desde el punto de vista médico, no está exento de riesgos. La boca es una puerta de entrada directa para las bacterias. Incluso un contacto mínimo puede suponer un pequeño riesgo, especialmente para niños, ancianos o personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Los médicos no dicen esto para desalentar los rituales de duelo, sino para fomentar alternativas más seguras cuando sea posible.
Mito 4: “Las funerarias siempre preparan el cuerpo para que sea seguro tocarlo”
Los profesionales funerarios toman muchas medidas para preparar el cuerpo con respeto, especialmente si se trata de embalsamamiento. Sin embargo, no todos los cuerpos se embalsaman de inmediato, y algunas prácticas culturales o religiosas lo evitan por completo.
La preparación reduce los riesgos, pero no los elimina por completo. Por eso, el personal puede desaconsejar el contacto cercano en ciertas situaciones.
Mito 5: “Tocar al difunto es necesario para cerrar el duelo”
Los psicólogos enfatizan que el cierre no proviene de una acción física específica. Muchas personas encuentran paz a través de palabras, oraciones, presencia o gestos simbólicos en lugar del contacto físico. Si bien el tacto puede ser significativo para algunos, no es la única forma, ni la más saludable, de decir adiós.
El duelo es personal, y ningún ritual por sí solo determina la recuperación de una persona.
Mito 6: “Los médicos y los hospitales son demasiado estrictos con estas normas”
Las políticas hospitalarias pueden parecer frías durante los momentos de duelo, pero se basan en décadas de evidencia médica. Estas reglas no existen para negar la compasión, sino para proteger a las familias del daño que quizás no perciban en el momento.
De hecho, muchos profesionales de la salud trabajan estrechamente con las familias para encontrar maneras más seguras de honrar a sus seres queridos.
Maneras más seguras de despedirse
Los profesionales médicos suelen sugerir alternativas como:
Tomar la mano de la persona brevemente si se permite
Hablarle o despedirse verbalmente
Tocar la ropa o el cabello en lugar de la cara
Estar cerca sin contacto directo
Estos gestos pueden tener un profundo significado emocional sin riesgo adicional.
Reflexiones finales
El deseo de tocar o besar a un ser querido después de la muerte proviene del amor, no de la ignorancia. Aun así, comprender las realidades médicas ayuda a las familias a tomar decisiones informadas en momentos vulnerables. Respetar tanto las emociones como la seguridad permite honrar el duelo sin consecuencias imprevistas.
Despedirse nunca es fácil, pero no tiene por qué ser peligroso para ser significativo.